Se ha hablado mucho en los últimos días en la blogosfera gerenense de un tema que quizás muchos desconocen. Es la Lluvia Ácida. En un articulo de Pericles publicado en el blog de La Plataforma, se advierte del peligro que suponen las emisiones a la atmósfera de la Planta de tratamiento del mineral de Cobre Las Cruces que en contacto con humedad o agua pueden provocar "lluvia ácida", y eso se traduciría en fatales consecuencias medioambientales para nuestro pueblo y su entorno. Y en realidad no le falta razón a Pericles. Este hecho es una realidad demostrable, por tanto Gerena Verde, como espacio web medioambiental, se suma a la advertencia de Pericles en cuanto al peligro que se cierne sobre todos los gerenenses y me he propuesto informar a los vecinos acerca del fenómeno "lluvia ácida".
¿Qué es la lluvia ácida?
La acidez de las precipitaciones está determinada por la concentración de iones de hidrógeno presentes en el agua; se expresa en términos de valor del pH, según una escala de O a 14, donde el valor 7 indica solución neutra. Se considera lluvia ácida aquella que tiene un pH inferior a 5,6.
La lluvia, como la nieve, la niebla y el hielo, es ligeramente ácida de por sí, porque contiene dióxido de carbono. Además, en la naturaleza existen diversas fuentes que la producen como las erupciones volcánicas, los manantiales termales y una cantidad considerable de óxidos de nitrógeno y azufre, producto del metabolismo de diversos grupos bacterianos.
Pero a pesar de la existencia de estos elementos contaminantes, el pH del hielo glacial llega a casi 5,0. Es decir que las emisiones naturales de los compuestos ácidos no son el origen principal de la lluvia ácida, sino las acciones destructivas de las sociedades humanas “desarrolladas”.
La combustión de carburantes fósiles (petróleo, gas y carbón) por fábricas, plantas de tratamiento de mineral, centrales eléctricas, hogares y vehículos libera dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno.
Estos gases no sólo ejercen un efecto nocivo en el entorno más inmediato, como las cosechas, los árboles y los edificios; sino que atraviesan grandes distancias gracias a la acción del viento.
Durante el trayecto, los rayos solares los transforman en sulfatos y nitratos. Una vez secos, estos contaminantes se resisten a caer al suelo, y tan sólo la lluvia y la nieve logran extraerlos de la atmósfera.
Por eso son absorbidos por las nubes y convertidos en ácido sulfúrico y nítrico, que son solubles en agua. De esta forma se disuelven en la lluvia, la nieve o la niebla y caen en forma de lluvia sobre las plantas, los árboles, los lagos y los ríos, los mares y los suelos.
Este fenómeno no sólo afecta la calidad del agua, sino también los suelos, los ecosistemas y particularmente la vegetación. Al filtrarse en la tierra, los ácidos destruyen los nutrientes esenciales del suelo, tales como el magnesio, el calcio y el potasio, que alimentan a las plantas y los árboles, que se vuelven ralos y descoloridos, y mueren.
Otro efecto de la lluvia ácida es el aumento de la acidez en las aguas dulces, como consecuencia del incremento de metales pesados muy tóxicos (plomo, aluminio, mercurio, cinc y manganeso), que provocan la ruptura de las cadenas tróficas y del proceso reproductivo de los peces, condenando a los ríos y lagos a una lenta pero implacable disminución de su fauna.
Pero este proceso no sólo tiene efectos en la naturaleza, en las ciudades la lluvia ácida corroe edificios, degrada los monumentos históricos y produce efectos negativos en el aparato respiratorio de las personas.
Desde Gerena Verde, se viene informando por activa y por pasiva de los perjuicios negativos, tanto medioambientales como de salud pública, que la Mina de Las Cruces ocasionará en Gerena y en los gerenenses a medio-largo plazo, y el fenómeno lluvia ácida es uno más de tantos. Muchas personas de Gerena, movidos por intereses políticos u económicos se empeñan en negar a diario la evidencia; la de reconocer que la Mina de Cobre a cielo abierto más grande de Europa y de las más grandes del mundo, fue un tremendo error que nos traerá más perjuicios que beneficios, pero en su ciego empeño negacionista nos quieren dar a entender que de las chimeneas de la Planta de Tratamiento del Mineral de Cobre Las Cruces sale aire puro de alta montaña...
Aunque no se comparta, desde Gerena Verde se respetan sus opiniones, al igual que se respeta también a quién dice por ahí que el aire más puro es el que sale por el culo...
Un saludo...
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