Es raro, que en alguna de mis múltiples salidas al campo, no contemple árboles con cicatrices en su corteza de diversa temática. Las hay de todo tipo; corazones uniendo dos nombres con su típica flechilla a lo cupido, iniciales de nombres propios, fechas de aniversario amoroso, grupos radicales de equipos de futbol, insultos a terceros, reivindicaciones políticas, y hasta "Hierros" de ganadería caballar en forma de iniciales.
Estas acciones, que casi todos en algún estúpido momento hemos realizado, es una mala costumbre que deberíamos de replantearnos, dado que se la estamos haciendo a un ser vivo, al cual, inconscientemente y aunque pueda parecernos algo leve e inocuo, le podemos causar un daño grave que puede costarle la vida. Y digo que puede, porque aunque la mayoría de las "heridas" causadas con una navaja u objeto punzante cicatrizan y no ponen en peligro su vida, no es menos cierto que estas heridas son una puerta abierta para gérmenes, hongos e insectos que pueden desarrollar una enfermedad grave en el árbol que conduzca a a su muerte. Y de hecho a veces por desgracia ocurre. A nadie de nosotros nos da por grabarnos en el pecho con una navaja el nombre de fulanito/a o menganito/a, la parienta o el pariente, por mucho amor que le tengamos...
Así que cuando otro día paseemos por el campo, vamos a ser todos más civilizados y nos vamos a hacer una preciosa foto con la parienta/e con el fondo de un árbol centenario como recuerdo y dejamos la navajita en el bolsillo para los espárragos del camino de vuelta....
Un saludo...
http://gerenaverde.blogspot.com/
Hace 17 horas
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