Estas acciones, que casi todos en algún estúpido momento hemos realizado, es una mala costumbre que deberíamos de replantearnos, dado que se la estamos haciendo a un ser vivo, al cual, inconscientemente y aunque pueda parecernos algo leve e inocuo, le podemos causar un daño grave que puede costarle la vida. Y digo que puede, porque aunque la mayoría de las "heridas" causadas con una navaja u objeto punzante cicatrizan y no ponen en peligro su vida, no es menos cierto que estas heridas son una puerta abierta para gérmenes, hongos e insectos que pueden desarrollar una enfermedad grave en el árbol que conduzca a a su muerte. Y de hecho a veces por desgracia ocurre. A nadie de nosotros nos da por grabarnos en el pecho con una navaja el nombre de fulanito/a o menganito/a, la parienta o el pariente, por mucho amor que le tengamos...
Así que cuando otro día paseemos por el campo, vamos a ser todos más civilizados y nos vamos a hacer una preciosa foto con la parienta/e con el fondo de un árbol centenario como recuerdo y dejamos la navajita en el bolsillo para los espárragos del camino de vuelta....
Un saludo...
http://gerenaverde.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario