"El Hombre es síntesis del Universo, el Planeta es síntesis del Universo. Entre el Hombre y La Tierra hay el abrazo profundo, el cordón umbilical irrompible que puede haber entre el niño y la madre cuando el niño está en el claustro materno.

Si el cordón se rompe, el niño muere y la propia madre está también en peligro."

Félix Rodriguez de la Fuente

miércoles, 12 de agosto de 2009

EN MEMORIA DE MI AMIGO "EL GUADI"; EL HOMBRE DE LAS PLANTAS MEDICINALES...




Hoy se cumplen tres años de la muerte de mi gran amigo Antonio Valderas Dominguez "El Guadi", y no podía dejar pasar la oportunidad de hacerle un merecido homenaje a este gran amante de las plantas medicinales, que tantas y tantas cosas me enseñó en el campo...


Conocí al Guadi una mañana de primavera de 1985, cuando yo apenas contaba con doce años y andaba recorriendo esas dehesas de Gerena, plagadas de tajos de granito persiguiendo a los mochuelos y a los cernícalos con unos rudimentarios prismáticos para verlos de cerca, o arrastrándome por el arenón para que no me escucharan las "polluelas" y poder verlas mejor antes de que se escondieran entre los juncos en las orillas de los tajos. Estaba fascinado con los secretos que guardaba la naturaleza.

Esa mañana, entre las palmas que coronan la loma que se asoma a la huerta de "La pescá", me llamó la atención un hombre agachado con un macuto verde que llevaba un manojo de plantas en la mano.

Me acerque a tan misterioso hombre y le pregunté que hacía, y él con una sonrisa me dijo:

-Estoy cogiendo plantas medicinales, estoy cogiendo Mejorana, que aquí le llamamos almoraduz y tomadas en infusión tiene propiedades beneficiosas para el estómago, y también se puede utilizar como condimento para la carne en guisos-


Y dicho esto, me sacó un libro del macuto, que era una guía de plantas medicinales, y me la abrió por la página en la que figuraba la planta que tenía entre las manos; La mejorana, o almoradux. También venía el nombre científico (Thimus Mastichina), y una fotografía que era un calco a la planta, prueba irrefutable de que aquel hombre no se equivocaba, era mejorana, y me encontraba ante un hombre que sabía mucho de plantas medicinales. Mi curiosidad me llevó a un encuentro casual que sellaría una larga amistad que duró hasta su muerte.


Tras este encuentro nos hicimos amigos y numerosas veces me invitaba a su casa. El Guadi vivía sólo, en una pequeña casita que daba al molino de viento, un auténtico museo botánico de plantas medicinales colgadas en manojos en la pared o colocadas en cajas en proceso de secado. Contaba con numerosos tarros de cristal llenos de sumidades florales o de hojas ya picadas y listas para preparar en infusión o como condimento que luego vendía o regalaba a la gente. En un mueble viejo, junto a un radiocasette tenía una decena de libros de plantas medicinales, algunos de setas, y también de poesía y de flamenco.


Con el tiempo fui conociendo mejor a Antonio "El Guadi", y pude comprobar, que no sólo sabía de plantas, sino que era un gran amante de éstas, y un gran conocedor de la naturaleza.


Con él, aprendí de setas, de plantas, de rastros de animales, y un sinfín de cosas, que a día de hoy me siguen sirviendo en mis salidas al campo, además de guardar en el zurrón de mi memoria cantidad de anécdotas, algunas de ellas muy cómicas.

A través de él conocí a mucha gente dedicada a la conservación de la naturaleza, como a mi amigo el biólogo Paco Parreño, la profesora y naturalista María Eugenia, y otras muchas personas, amigas del Guadi, y que han influido muy positivamente en mi conciencia ecológica y medioambiental.





Desde mi amistad con él, siempre me molestó mucho el San Benito de furtivo que le ha colgado mucha gente en Gerena, y que ha alimentado muchos falsos bulos que han hecho mucho daño a su imagen. Dejen ustedes que les explique, que aunque es cierto que muchas veces puso cepos y lazos para conejos, para socorrer su maltrecha economía o para comer, no es cierto que Antonio utilizara las plantas medicinales como tapadera para eso. Antonio ha sido el mayor amante de las plantas que he conocido, y también un gran amante de la naturaleza, y lo atestiguan los veinte años que he compartido con él en el campo, en excursiones, acampadas y campañas de conservación de la naturaleza.


A mi opinión es injusto como mucha gente de Gerena ha tratado a Antonio "El Guadi", ya que él ha desempeñado tareas en favor de la naturaleza que mucha de la gente que se ha encargado de difamarlo no hará en su vida. Participó en muchas Campañas de salvamento de pollos de aguilucho cenizo en la campiña, en otras de anillamientos de aves, de siembra de árboles en la ribera del Guadiamar, etc..., y nunca se le ha reconocido, por lo que pienso, que mucha gente de Gerena está en deuda con Antonio "El Guadi".

Otra de la facetas de El Guadi era su amor por la poesía y el flamenco, donde destacaba con la guitarra y el cante, deleitándonos con sus tanguillos en no pocas noches de acampada u excursiones en el campo.

Esta pintura, del artista Juan Fernandez Mayo, está dedicada a él, y figura en la Taberna-Galería "La Bomba", lugar que fue muy frecuentado por él en Gerena.


Antonio Valderas Dominguez nos dejo a todos un 12 de Agosto del 2006, tras una larga enfermedad, año maldito, que también se llevó a mi padre.

Me ha llevado un gran trabajo el recopilar fotografías de Antonio, pero entre algunas que yo tenía, y otras que me han proporcionado sus familiares y amigos, he podido traerles a ustedes la imagen de Antonio "El Guadi" aquí a esta bitácora verde y hacerle este pequeño y merecido homenaje en su recuerdo, el recuerdo de un hombre libre, que vivió siempre humilde y a su manera, gran amante de las plantas medicinales y de la naturaleza y al que recordaré con gran cariño toda mi vida. Allá donde estés Guadi, sé que estarás recolectando plantas que era lo que te gustaba, con tu macuto verde colgado al hombro por esos prados de Dios...
Descansa en paz querido amigo....




http:/gerenaverde.blogspot.com/

4 comentarios:

Felipe Marín Álvarez dijo...

Amigo Joaquín: Mi más sincero agradecimiento por tan bella entrada. Está hecha desde el cariño, el respeto y la admiración. También desde una añoranza que comparto contigo.

No sabemos qué suerte tenemos por habernos criado en un pueblo pequeño, pues pienso nos hemos enriquecido con las memorias de decenas de seres que, como Guadi, nos hicieron crecer, curiosos, entre doctores y maestras de la vida.

Creo que esta entrada que has publicado es merecedora de una buena ristra de comentarios; es de bien nacido ser agradecido.

Sigue con tu periodismo verde Joaquín, siempre te lo agradeceré.

Las que fuimos y seremos dijo...

¡Hola,Kini! He pensado dejarte aquí mi comentario, aunque lo haya hecho con cierto retraso... Puede que no haya llegado a conocer personalmente al Guadi pero me has hablado mucho sobre él y pienso que esta es una de las historias más entrañables que nos has contado desde tu blog.

Esperaba, como Aureliano Buendía, más intervenciones de tus paisanos pero parece que no se animan...De todas formas, sé de algunos que lo han leído y les ha conmovido tu homenaje.

Otros verán al Guadi como un personaje peculiar pero para tí siempre será un amigo especial. Y estoy convencida de que tú para él también lo eras.

En fín, que me ha gustado mucho (también el reportaje sobre las huertas del río).

P.D.: Espero participar más a menudo (pero ya sabes que lo tengo difícil).

Un besazo...

ivan dijo...

Con 15-16 años,sobre 1990, anduve por Gerena, con Guadi, Paco Parreño y Mari Eugenia, tal vez también contigo.
Como alumno de Mari Eugenia tengo un recuerdo imborrable de aquellas salidas. Hicimos excursiones dentro de la programación del instituto herrera de sevilla. Saliamos a clasificar plantas por la ribera, con aquellas inolvidables "claves dicotómicas" de M Eugenia"...jajaja. También se creo un grupo de alumnos que se integró en la campaña de protección del aguilucho cenizo. Inolvidable, observar las aguilas, diferenciar las hembras y posicionar en el mapa para pasarselo a los cosechadores.
Y despues...a la casa del guadi, fuego, gutarra, cante...y un poco de vino claro.
Que perdida...el guadi, no tenia ni idea. La bolsa del pastor, la lechuga silvestre...con el empecé a aprender las plantas medicinales.
Encontré este blog buscando información sobre la avutarda en sevilla, ya que mi novia es bióloga en portugal y trabaja en un proyecto de conservacion de aves estepareas.
Y de Mari Eugenia, ¿sabes algo?. Hace años que no se de ella.

Saludos

J.Joaquín Santos dijo...

Hola Ivan!!

Mª Eugenia está ya jubilada. Anda un poco torpe, pero a veces Paco Parreño la trae a dar una vueltecilla por la campiña en la Temporada del Aguilucho.


Un saludo...